a terapia cognitivo-comportamental permite el abordaje de todo tipo de sufrimiento psicológico, tales como la depresión, la autoestima, la ansiedad, las adicciones, las fobias, los comportamientos compulsivos, los pensamientos obsesivos, las dificultades del sueño, las problemáticas relacionadas con la alimentación, etc.

El proceso de tratamiento se basa sobre un trabajo colaborativo entre terapeuta y consultante; y está centrado en los problemas actuales o mas recientes. El proceso incluye una fase de investigación de las situaciones vinculadas al problema, las emociones, los pensamientos, las conductas y sus consecuencias. En seguida se lleva a cabo una fase de evaluación, para luego pasar a la fase de tratamiento en la que se practican técnicas terapéuticas a través de la realización de ejercicios durante las sesiones, así como en la vida cotidiana del consultante con el propósito de establecer nuevos aprendizajes.